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PONENCIA PRESENTADA EN LA CAMARA DE DIPUTADOS.
LOS CONTROLADORES DE TRÁNSITO AÉREO Y LA REFORMA LABORAL.

Distinguidos legisladores, respetuosamente los Controladores de Tránsito Aéreo, hemos venido a exponer sólo algunas de las razones por las cuales nos oponemos a la Reforma Laboral.

Los trabajadores mexicanos no necesitamos nuevas leyes que regulen las relaciones laborales; lo que realmente necesitamos es que se cumpla con el marco legal vigente, el que por cierto no fue engendrado por la divina providencia ni fue un obsequio de los benditos empresarios. Nuestra Ley del Trabajo es producto de los sacrificios, de la sangre derramada y de las vidas inmoladas de muchos obreros y líderes mexicanos, quienes ofrecieron su vida a cambio de la libertad que los mexicanos hoy gozamos y de los derechos sociales consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Hoy el gobierno empresarial, desde su pedestal de opulencia, pretende reformas estructurales, entre ellas una Nueva Ley del Trabajo, que les permita lograr su proyecto de país.

Su proyecto de país es: mientras más ricos sean ellos, más rico es México. Aunque el grueso de la población sufra la carencia de lo más elemental.

Los mexicanos, hayamos votado por el actual régimen o no, les dimos el beneficio de la duda y albergamos esperanzas en que cumplieran con sus promesas y mejoraran nuestras condiciones económicas, sociales y políticas.

¿Y con qué nos salen hoy? Conque quieren reglas nuevas y que el Congreso de la Unión apruebe sus proyectos sin modificaciones. Quieren sometidas a su voluntad a esta H. Cámara de Diputados y a la H. Cámara de Senadores. Pretenden engañarnos diciendo que no hay avances porque no los dejan alcanzar su proyecto.

Pero eso no lo dijeron cuando pidieron el voto para llegar al poder. Condicionan el crecimiento económico de nuestro país a las reformas estructurales. ¿Acaso, cuando hicieron sus promesas no sabían cuál era el marco legal al que se tenían que someter? ¿Acaso no conocían las reglas del juego?

Pero gobernar al país no es un juego, se necesita responsabilidad, capacidad, conocimientos, sensibilidad, decisión y mucha seriedad, porque de ello depende la vida de los habitantes de toda nuestra nación.

Esto no es un juego en el que se reta a un campeón prometiendo ganarle, y luego al tenerlo enfrente, pedir que cambien las reglas como me acomoden, para ganarle; sino, todos serán los culpables de mi derrota, principalmente el poder legislativo.

Es un error pretender una nueva Legislación Laboral, sin haber probado primero que tienen capacidad. Por principio, respetando la ley vigente, deben crear nuevas alternativas, generar nuevos empleos y mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos.

Si primero demostraran capacidad, sin duda se ganarían la confianza de todos y seguramente accederíamos a las modificaciones; pero no han demostrado ni un poco de capacidad. ¿Cómo pretender renovar la Ley Laboral, si hasta ahora han sido incapaces de actualizar la ley vigente, con las jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación? ¿Cómo pretender renovar la Ley Laboral si son incapaces de respetar el marco legal vigente?
¿Pero que van a respetar el actual marco legal?
Una cosa es lo que expresan en el discurso y otra la que llevan a la práctica y eso nos consta a los Controladores de Tránsito Aéreo, pues lo sufrimos todos los días.

En el discurso nos dicen: respetamos los derechos laborales y buscamos los cambios en la legislación laboral a favor de los trabajadores y en realidad, a diario recibimos represión y hostigamiento laboral.

En el discurso dicen que respetan la autonomía sindical y todos los días nuestros compañeros reciben amenazas y presiones para que renuncien al sindicato. Otros son engañados con promesas de ascensos, prebendas y favoritismos. Los que menos derecho tienen son ascendidos violando el escalafón y su reglamento rebasando injustamente al resto de sus compañeros.

Presionan a los controladores, restringiéndoles sus derechos establecidos en la normatividad vigente, disminuyendo tiempos de recuperación necesarios por lo delicado de su actividad, fuerzan a los controladores a modificar sus secuencias de control aéreo, que son total responsabilidad de cada controlador y en la que está involucrada la seguridad de los pasajeros que se transportan por la vía aérea. Cuando exponemos nuestra queja a las autoridades correspondientes, la respuesta es peor, pérdida de tiempo y más represión.
Si llevamos nuestra queja ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, el asunto es entretenido y al final dictaminan en contra del trabajador, por lo que tenemos que recurrir a los órganos jurisdiccionales, donde generalmente recibimos la protección de la justicia. Sin embargo, todo el tiempo que transcurre afecta el ánimo de los trabajadores.
Si acudimos a la Secretaría de la Contraloría, en vez de resolver la controversia, lo turnan a una y otra y otra dependencia, para finalmente enviarlo a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) o al Órgano Desconcentrado Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), que obviamente opinarán que no hay problema alguno y que ellos mismos son inocentes de las acusaciones que les imputan trabajadores mal intencionados y que son respetuosos de la ley.

Los derechos laborales están siendo violentados, a través de otras leyes, como es el caso de la Ley de Aviación Civil con la que hostigan a los controladores, siendo sancionados severamente por la Dirección de Aeronáutica Civil, también dependiente de la SCT, por causas ridículas o por ser estrictos en la aplicación de las normas técnicas para mantener y garantizar la seguridad de las operaciones bajo su responsabilidad.

En el Órgano Desconcentrado SENEAM de la SCT, amenazan con correr a la gente aceptando que es un acto ilegal, que finalmente el laudo será favorable al trabajador, lo tendrán que reinstalar y le pagarán todas sus percepciones. Pero su lógica es que no hay quién se arriesgue a dejar de percibir su salario por tanto tiempo y aceptar las consecuencias y represalias. Así amenazan a los trabajadores con correrlos, sino se someten a sus pretensiones y si se aferran a permanecer en el sindicato. Con tales hechos mucha gente se intimida, por fortuna no todos ni la mayoría.
Esa es la autonomía sindical que presume nuestro actual gobierno.

En SENEAM evalúan el desempeño de los trabajadores bajo criterios ignorantes y prepotentes sin ajustarse a las normas establecidas por la misma SCT.

Por el tipo de trabajo y la responsabilidad a la que están sometidos los Controladores, es conveniente establecer Condiciones Generales de Trabajo específicas y a pesar de eso, la SCT se niega a establecerlas y nos someten a las actualmente vigentes, pero sin respetarlas. Obedézcanse, pero no se cumplan ¿Cuál seguridad jurídica? ¿Cuál cambio?

Hoy el gobierno empresarial sacrifica la seguridad aérea a cambio de beneficios económicos para las empresas, que nos acercan cada vez más a los accidentes que cuando se presente todos lo lamentaremos, pero sólo uno o unos pagarán, aunque muchos, en los escritorios, sean los culpables.

Con todo esto, ¿Ustedes, señores legisladores, compañeros y amigos, creen que vamos a tener confianza en las promesas del ejecutivo? ¿Acaso creen que podemos creer en una nueva ley laboral? Con esa actitud lo que van a lograr es un estallamiento social que dañará aún más a nuestro país y a sus trabajadores.

Hoy sólo confiamos en el poder legislativo y el poder judicial, estamos en sus manos. Tenemos confianza en su sensibilidad, pero más aún en la gran responsabilidad con que se han conducido y que aún garantizan el equilibrio de poderes, del que se compone el Poder Supremo de nuestra nación.

Una reforma laboral, es una afrenta a los mexicanos que ofrecieron su vida para lograr los derechos laborales que actualmente nos protegen. Es una agresión para las generaciones futuras. Si permitimos una reforma laboral, pasaremos a la historia como cobardes.

Pero que nadie piense que será fácil imponer una Reforma Laboral, una Ley Abascal, o algo parecido. No será fácil porque los cimientos de nuestra legislación laboral son fuertes, construidos con sangre y vidas sacrificadas. No hay cimientos más fuertes.

Distinguidos legisladores venimos a exponer nuestro punto de vista, que no es la opinión de doctos juristas ni académicos ni visionarios empresarios, son la realidad diaria de los trabajadores mexicanos. NO A LA REFORMA LABORAL.

México, D.F., marzo del 2003.